The Shape of Water: de cómo Del Toro llegó a la cima de Hollywood
Sobre «The Shape of Water», Guillermo del Toro y la actualidad y vigencia política del género fantástico en los USA de la era Trump.
Guillermo del Toro es un cineasta que ha ido entrando en mi vida poco a poco, en pequeñas dosis. No ha sido aquello de meterme toda su filmografía en vena, sin tregua, corriendo el riesgo de una sobredosis de criaturas fantásticas. A finales de 2017 es donde me metí de lleno, y visualicé sus trabajos de una tirada sin excepción.
¿Será por haber tenido algún estilo de contacto con él en el último Festival de Sitges? Posiblemente. La expectación de su última obra estaba muy presente entre toda la masa de fans y freaks, engullidores de maíz ecológico -sí, las palomitas ya han pasado a otro nivel dentro de la posmodernidad– y cafeína a precios equiparables al oro de Sierra Madre. Pero al igual que Sitges cobra en riñones los refrescos, también te ofrece momentos que no podría pagar ni el mismísimo Charles Foster Kane. Pongamos una masterclass sobre Hitchcock con Del Toro y sumémosle a Alexander O. Philippe, director de «78/52″, documental que gira entorno a la escena más famosa de Psycho: el asesinato de Vivien Leigh en la bañera. Dos sabios hablando de uno de los cineastas más complejos que ha tenido al cine, aunque mucha gente no acepte esta conclusión. A pesar de todo el cariño que conservo hacia este cineasta, voy a mantener un espíritu crítico con su obra, alegando sus pros y sus contras.
Un viaje de más de 50 años a través de fotogramas y luces han llevado a Guillermo Del Toro a conquistar por fin la cima de Hollywood. Llegar al estrellato no le ha sido tarea fácil, y menos proviniendo de México donde, a pesar de los exitosos cineastas como Iñarritu, Cuaron o Lubezki que están triunfando hoy en día, pocas veces se había llegado a galardonar a personas de esta nacionalidad. Fanático del fantástico, Del Toro siempre ha demostrado tener un don para crear universos, imaginar criaturas mágicas solo capaces de forjarse en la mente de una persona, o brindarnos homenajes hacia aquello que le ha creado y formado, el cine.
En los 80 empezó con los cortometrajes “Doña Lupe” y “Geometría” donde el género del fantástico ya estaba presente. A partir de este punto, entrará en la televisión donde rodará 4 episodios de la serie “Hora Marcada”. Punto de inflexión para su carrera, porque a partir de este momento ira in crescendo, sus producciones aumentarán tanto de nivel como de presupuesto y, por fin, el nombre de Guillermo del Toro empezará a circular por las grandes productoras. Podríamos decir que su filmografía está dividida en proyectos de carácter más personal y otros más pre-fabricados, pero sin dejar de tener el toque tan particular de este director. Si hablamos de «Mimic», «Blade II», «Pacific Rim», «Cronos» o «Crimson Peak», los guiones no parecen haber salido completamente de su mente, sino más bien le han ofrecido unos ya hechos que necesitaban una visión determinada para que acabasen de funcionar. Ahora, si nos fijamos en obras como «El espinazo del diablo», «Pan’slabyrinth», «Hellboy» o «The Shape of Water», vemos como hay unos guiones que realmente hacen sentir al espectador, que nos conducen a unos mundos e historias increíbles que parecen sacadas 100%de la mente de este hombre, en definitiva, tienen alma propia.
Me gustaría centrarme en esta última obra, popularizada por ser la ganadora del Oscar no solo a mejor película, también a dirección, diseño de producción o banda sonora entre otras. «The Shape of Water» nos ofrece una historia de amor imposible entre una chica sordo-muda llamada Elisa y una criatura marítima. Si rascamos la superficie de esta obra nos encontramos que los temas que trata son representativos de una sociedad contemporánea. El miedo a lo diferente, la discriminación hacia aquello que nos parece extraño. No está de más que, con la situación polémica que está viviendo América, este mensaje sea transmitido ni más ni menos que por un mexicano, alguien que ha podido vivir en primera persona toda la dramática trama producida en gran parte por el magnate de tinte dorado.
La película tiene un tono fabulesco, con unos protagonistas representantes del “Bien” y unos antagonistas del “Mal”. Estos antagonistas son la representación más clara de la maldad: no hay un porqué a su existencia, simplemente son portadores de esta característica. Una narración clásica guía el filme, compuesto por un guión con estructura de 3 actos, el cual mantiene un ritmo fluido y vivaz. No negaremos que las influencias cinéfilas que han formado a este cineasta están más que presentes en gran parte del filme. Una presentación de personajes que nos recuerda al cine de Jean-Pierre Jeunet, director de obras tan popularizadas-que no por ello buenas- como «Amélie» o «Delicatessen». En un primer visionado de estos filmes podríamos decir que hay una frescura, pero la repetición está llevando a estas formas de narrar a un toque consevador y repetitivo que hace perder todo toque original. ¿Funciona en la película de Del Toro? Sí. ¿Por que? Por la inmersión que hacemos como espectadores en su universo y por la marcación del tono desde el minuto uno. Pero ya otros filmes que repiten esta fórmula no solo pierden fuelle si no que acaban pregonando la repetición sin ningún estilo de variación.
Pero la influencia (en argumento) más clara en «The Shape of Water» es la película de los 50 ,»Creature of the Black Lagoon» de Jack Arnold, uno de los filmes referentes del cine fantástico más mitificados, no solo por la precariedad del rodaje y de los efectos, si no también por la suma de unos requisitos que cumple y que la han llegado a enmarcar como película de culto. Del toro confesó que le hubiera gustado que la chica acabase con el monstruo, y en este proyecto cumple su sueño, haciéndolo realidad en pantalla. Como curiosidad de bastante irrelevancia, os confieso que incluso hay un homenaje de “amiguetes” con un producto español de dudosa calidad, «Torrente, el brazo tonto de la ley». Véase este en la escena en el baño donde Michael Shannon recita un discurso, acentuando su virilidad, explicando el porqué de lavarse las manos antes de mear, similar a una de las escenas más comentadas de la “comedia” española más popular -Berlanga se está revolviendo en su tumba- del panorama español contemporáneo.
Veo importante remarcar la transmisión de mensajes sociales de forma indirecta a través de un género como el fantástico, aquello que menos se acerca a la realidad… ¿o no es así? La eficacia de este género en cuanto a comunicación se encuentra en que la información se transmite de forma indirecta; el espectador, a no ser que reflexione sobre el film, no llegará a pensar en ello. Sin embargo, el subconsciente capta todo y la semilla queda plantada en la cabeza. Tratar una fábula dedicada al amor con un fondo de intolerancia en una América idealizada. De casas con jardín, niños en la escuela, perrito y mujer que te sirva el desayuno cada día. Todo esto detrás de la Guerra Fría, en el idealizado capitalismo contra comunismo. Aún pasando con pies de plomo por este terreno, el reflejo de la sociedad occidental está ahí, y queda retratada bajo una marea de hipocresía y egoísmo.
Guillermo ya dijo en una rueda de prensa que esta película es política, o más bien, el cine fantástico es político. Detrás de toda ilusión hay un mensaje, se quiera o no se quiera. Detrás de cada encuadre, de cada ángulo de cámara, de cada posición estás transmitiendo una información al espectador, que va a posicionarse en un lugar o en el contrario. Por eso reclamo que el cine fantástico sea respetado como otro estilo de cine, porque habla mucho más de lo que pensamos sobre nuestro día a día.
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