Review del film Mandy, de P. Cosmatos
Dirigida y escrita por Panos Cosmatos, Mandy es uno de los pocos films que apuesta por una propuesta visualmente radical, dado que lleva la fotografía y la narrativa a extremos nada convencionales. El trato de la imagen, los colores, la música o del mismo montaje está encaminado a la locura, un viaje místico y psicodélico que resulta ser una bomba para el ojo y la mente del espectador. Una historia de amor, de venganza, de choque entre naturaleza y espiritualidad. La pareja protagonista, Red y Mandy, son la representación más precisa de la balanza; mientras uno conecta con la destrucción, el otro se vincula con la construcción. El film presenta a Red en el contexto de su oficio: es leñador, trabaja la madera. Por el contrario, Mandy es introducida dibujando. Estos personajes están vinculados a la naturaleza y los dos comparten el mismo equilibrio con ella. Si la naturaleza no está en armonía y se desequilibra, ésta puede originar caos y horror.
Se introduce el mal con Jeremiah –líder de una secta mística y representante de la espiritualidad- y con él el color rojo, que engulle todo atisbo de naturaleza. Él y sus súbditos se harán con Mandy para quemarla viva como una bruja y convertirla en ceniza que se esparce por la naturaleza.
Jeremiah, el buscador de la divinidad, acaba encontrando a su Dios en Red, un Dios ejecutor que arrasa con todos los culpables de la muerte de su amada, siendo una bestia imparable –el apuñalamiento de Jeremiah a Red momentos antes de la muerte de Mandy es una referencia a Jesús-. La primera parte del film nos da una breve dosis de realidad que rápidamente se pierde en el onírico que se va introduciendo, hasta llegar a una segunda parte descontrolada, donde se pierde definitivamente toda noción y el momento más fuerte del viaje se dispara.
Mandy es una obra llena de referencias cinematográficas –desde Bergman con Persona o Hooper con La Matanza de Texas 2– y musicales –Black Sabbath o Celtic Frost– en que cada visionado invita a fijarse y descubrir nuevos detalles que la eniquecen. Cosmatos nos enseña la importancia del estilo de uno mismo, visto que el amor y la venganza son dos conceptos utilizados repetidamente cada año. Tan solo se necesita enfocarlo con la propia visión para hacer algo sorprendente.